domingo, 25 de febrero de 2018

(2) EL CAMINO, de Ana Mariscal (1963)

Difícil adaptación 
A pesar de contar con algunas carencias a la hora de captar el espíritu de la obra —el film resulta ser una simple transcripción del libro— estamos ante una correcta adaptación de la espléndida novela de Miguel Delibes. A decir verdad, la directora Ana Mariscal se enfrascó en una empresa difícil como era plasmar una narración que, aunque aparentemente sencilla, guarda una serie de complejidades propias e inherentes al ser humano difícil de establecer en imágenes. A esto hay que añadir tanto las dificultades de la época —fue rodada en pleno franquismo, cosa que obstaculizaba un trabajo en plena libertad— como el metraje (es complicado comprimir en hora y media un relato de ese calibre). No obstante, la película está rodada con oficio, con una excelente ambientación y unas grandes interpretaciones, lástima que le falte la fuerza de Delibes y se quede a medio camino. 
Por finalizar, reseñar que hubo otra adaptación del libro, realizada en 1977 por Josefina Molina en formato de serie de cinco capítulos, con resultados similares al film comentado. 

EL CAMINO. 1963. España. Blanco y Negro.
Dirección: Ana Mariscal
Intérpretes: José Antonio Mejías, Maribel Martín, Angel Díaz, Jesús Crespo, Julia Caba Alba, Mary Delgado, Mari Paz Pondal, Maruchi Fresno, Rafael Luis Calvo,
Guión: José Zamit, Ana Mariscal (Novela de Miguel Delibes "El camino")
Música: Gerardo Combau
Fotografía: Valentín Javier

lunes, 19 de febrero de 2018

LOS DELTONOS "16 Toneladas" - València

 
  Una noche especial
Los DelTonos, influenciados por músicos como los Fabulous Thunderbirds, Albert Collins y Albert King se dieron a conocer a finales de los 80 con una valiente propuesta a través del blues-rock y, especialmente, con ese disco mítico que fue Tres Hombres Enfermos (90). 
El pasado viernes 2 de febrero de 2018, en la sala “16 Toneladas” se encargaron de dar un repaso a la trilogía bluesera concentrada en el período de sus tres primeros discos; el ya mencionado Tres Hombres Enfermos, Bien, mejor (92) y Ríen, mejor (96). Un concierto intenso y con una perfecta ejecución que durante las casi dos horas desfilaron, entre otros, temas como “Siempre me estás llorando”, “Nada que hacer”, “Todavía no sabes mi nombre”, “No, señor”, “Escucha”, “Listo”, “Espérame”…, hasta llegar a la histeria colectiva que se desató en los primeros compases de “Soy un hombre enfermo”, canción con la que el grupo experimentó, -y ensanchó- , de una manera impecable. 
Fue grato observar como la peculiar voz de Hendrik Röver se mantiene intacta y, especialmente, el generoso derroche de energía vertido por el grupo. Por último, sus constantes bises en forma de añejas bombas rockeras dejaron el aroma de una noche única protagonizada por una banda especial.

viernes, 16 de febrero de 2018

(3) VAMPIRE WEEKEND "Vampire Weekend" (2008)

Paul Simon realizó un extraordinario y valiente trabajo en 1986 con Graceland. Su gran mérito fue que actuó como una especie de captor de sonidos y ritmos africanos adaptándolos a su personal estilo. En mi opinión, Vampire Weekend son, unos dignos continuadores del proceso de experimentación iniciado por el autor de Newar (con claras referencias también a los Talking Heads y a Peter Gabriel).
Este disco homónimo de debut es un fantástica mezcla de rock-pop y efluvios africanos. Y es que, la banda neoyorquina, tiene la habilidad de imprimir a sus composiciones una admirable frescura que va acompañada de bellas melodías pop y de espléndidos ritmos afro-caribeños.
El álbum tiene una duración de “solo” treinta y cinco minutos esparcidos a lo largo de once temas —vuelvo a insistir en el hecho que detesto a esos grupos que inflan sus creaciones con canciones insípidas— y ya desde las primeras notas de “Mansford Roof” nos sumergimos dentro de un ambiente impregnado de vintage musical con resonancias venidas del pop y la música étnica.  Si continuamos, podremos disfrutar, entre otras, con piezas de la valía de “Oxford Comma”, el single “A-Punk” o “One” que agrandan aún más la atmósfera de esta interesante obra. 

Canciones destacadas en el disco (clicar para escuchar): 
Oxford Comma 
A-Punk

lunes, 12 de febrero de 2018

(3) ASCENSOR PARA EL CADALSO, de Louis Malle (1958)

  Las imperfecciones humanas
El punto de partida de Ascensor para el Cadalso son los amantes Julien Tavernier y Florence Carala. Ambos lo tienen todo planeado. Su amor desesperado les lleva a intentar el asesinato de Simon Carala, el marido de ella, pero una concatenación de circunstancias les sumirá en un camino sin retorno. 
Louis Malle maneja con maestría esta adaptación de la novela homónima de Noël Calef. Diferentes escenas se van sucediendo dentro de un bello marco de luces y sombras en el cual la cámara sigue constantemente a Jean Moreau cuya presencia domina todo el eje central de la historia tanto en los diálogos como en los silencios. 
Los objetos tienen una vital importancia en el film. Cada uno de ellos actúan como detonantes de las situaciones que van a acontecer: el olvido de la soga, el coche con el motor encendido, la cámara delatora y el claustrofóbico ascensor que actúa como temporizador de la tensión e incertidumbre que vive el protagonista (trasladadas al espectador). 
El film es una historia de imperfecciones, —que van desde los hechos que envuelven a los objetos hasta los mismos crímenes—, y, como no podía ser de otra manera, está encarnada por seres imperfectos (empezando por los amantes y terminando por la ingenua pareja de jóvenes que roban el coche de Tavernier). Todo ello con una excelente iluminación de fuertes contrastes, y un tiempo narrativo propio del cine noir que tiene su cénit en la magistral interpretación de Jean Moreau con su búsqueda incesante y desesperada de su amante que le guiará hasta la oscuridad absoluta. 
Los guiños y referencias a Hitchcock así como la música de Miles Davies dotan a la película de una atmósfera peculiar de suspense (destacar que Malle proyectó a Davies la película sin música y este improvisó la partitura) que es factor predominante de esta fantástica opera prima de Louis Malle

ASCENSOR PARA EL CADALSO (ASCENSEUR POUR L'ECHAFAUD). 1958. Francia. Blanco y Negro.
Dirección: Louis Malle
Intérpretes: Maurice Ronet, Jean Moreau, Georges Poujouly, Lino Ventura, Yori Bertin, Elga Andersen, Ivan Petrovich
Guión: Louis Malle, Roger Nimier (Novela; Noël Calef)
Música: Miles Davis
Fotografía: Henri Decae

jueves, 8 de febrero de 2018

(3) MIA MADRE, de Nanni Moretti (2016)

La conciencia de la muerte
Mia madre retrata el sufrimiento humano ante la pérdida de un ser querido. Concretamente se centra en ese proceso por el cual sabemos que la persona en cuestión va, irremediablemente, a fallecer. Sin embargo, mientras tanto, debemos seguir nuestro camino y hacer frente a los problemas cotidianos; trabajo, familia, separación, problemas con hija adolescente… 
La cámara está muy pendiente de la metamorfosis de su protagonista. De esta manera, a medida que va avanzando el tiempo Margherita se da cuenta de una realidad que no quiere aceptar, debido a ello intenta aferrarse a una esperanza que se le escurre por los dedos como un pequeño montón de arena. La película pone de manifiesto la falta de valoración que mostramos en vida ante la gente que nos importa. Ellos están ahí y creemos que nunca van a fenecer. Es como un llamamiento a nuestra mente, como un golpe en forma de poema de Jorge Manrique: “…Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte…”. La cercanía de la muerte nos hace tomar conciencia de la importancia de esos seres humanos que han sido referentes en nuestra existencia. Es entonces cuando en el film se disparan los recuerdos a través de flashbacks; grandes momentos que ya nunca volverán. 
Existe una buena conexión entre la abuela y la nieta, una honesta relación con el apoyo mutuo entre los dos hermanos, así como una especie de vacío intermedio entre las madres y ambas hijas. Se van encajando piezas y, paulatinamente, llega al momento del deceso. Y ante eso, una lectura: Ada,- la madre, el eje central del film- siempre estará en la memoria de todos por su legado de conocimiento y bondad transmitido hacia sus semejantes a lo largo de su ciclo vital (crucial la escena balsámica de su antiguo alumno cuando habla sobre ella). 
Mia Madre es una película con una temática reflexiva interesante, con incluso algún buen momento cómico cómo el del personaje histriónico de John Turturro. Se le puede criticar algunos altibajos y, a veces, su falta de ritmo, aunque su planteamiento suple este tipo de carencias. 

MIA MADRE. 2016. Italia. Color.
Dirección: Nanni Moretti
Intérpretes: Marguerita Buy, Nanni Moretti, John Turturro, Pietro Ragusa, Gianluca Gobbi, Stefano Abbati, Anna Bellato
Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Valia Santella
Fotografía: Arnaldo Catinari

jueves, 1 de febrero de 2018

(4) ONIBABA, de Kaneto Shindo (1964)

  Supervivencia y Naturalidad
Encuadrada dentro del período de guerras, Onibaba es un retrato del Japón feudal dónde su director Kaneto Shindo nos muestra una historia de superviviencia: La madre y la mujer del guerrero Kichi esperan su regreso. Mientras tanto sobreviven vendiendo las pertenencias de las samuráis que ambas se encargan de matar. La llegada de su amigo en la guerra, Hichi, quién anuncia el fallecimiento de Kichi, creará un cambio radical tanto en su relación cómo en el entorno dónde se desenvuelven. 
El film destaca por su asombrosa naturalidad a la hora de expresar sin tapujos, -tanto en las imágenes cómo en la psicología de los personajes-, las voliciones y deseos de una compleja relación triangular donde el deseo sexual, el miedo al abandono y la necesidad de sentirse protegido recorren un tortuosos camino con un sinfín de recovecos. 
La película posee una impactante fuerza visual, repleta de simbolismo y con una banda sonora que refuerza el tono misterioso que rezuma una historia dónde sus constantes metáforas; -el agujero, la máscara fantasmal y los juncos-, sobrevuelan el alma de cada una de las tres personalidades. 

ONIBABA. 1964. Japón. Color.
Dirección: Kaneto Shindo
Intérpretes: Nobuko Otowa, Jitsuko Yoshimura, Kei Sato, Jukichi Uno, Taiji Tonoyama, Kentaro Kaji, Somesho Matsumoto, Hosui Araya, Michinori Yoshida
Guión: Kaneto Shindo
Música: Hikaru Hayashi
Fotografía: Kiyomi Kuroda